Hola. Sigo su página y quisiera después de mucho tiempo contar mi historia.
Era mi segundo embarazo, fue sorpresa ya que no lo estábamos buscando, al principio fue difícil porque mi hija tenía un año y medio y había vuelto hace poco a trabajar…de a poco empecé a querer a esta guagüita y a hacerme la idea de otro hijo, sin embargo el día que supe que era Él, fue uno de los días más felices de mi vida, siempre quise un niño, Benjamín, no podía estar más feliz! Todo iba muy bien durante el embarazo, nos fuimos de vacaciones y al regreso me di cuenta de que mi guata estaba más chica , cuando fui al doctor lo primero que me dijo cuando me vio fue que mi guata estaba chica ….me examinó y al tratar de escuchar los latidos no se escuchó nada, en ese minuto no me dijo nada y a mí nunca se me pasó por la mente que había muerto por lo que me dijo haremos una ecografía en un rato para ver como está.
Fue devastador el saber que ya no habían latidos, no entendía por qué, no quería aceptarlo, lloré por horas y trataba de pensar en qué había hecho mal para que pasara esto, sentí mucha culpa…. Al día siguiente tuve que internarme, como ya tenía 24 semanas , la pérdida no se consideraba como un aborto si no que tenía que tener un parto normal, estuve 16 horas en trabajo de parto y al nacer lo tuve en mi pecho y lo envolvimos en un tuto que tuve siempre cerca mío, una vez que me lo sacaron de mi pecho pedí que me durmieran, no podía soportar tanto dolor…
A los dos días tuvo su funeral y nos pudimos despedir de él, se fue lleno de amor, no hay día que no lo recuerde y sienta una pena enorme aun. Ahora tenemos otra hija de 3 meses que ha traído alegría otra vez a mi vida pero mi principito (así le decía) estará siempre en mi corazón.
Los doctores enfermaras y matrona se portaron demasiado bien con nosotros, Maximiliano mi marido estuvo todo el tiempo a mi lado y él y Emilia mi hija mayor fueron mi mayor fortaleza para seguir adelante.
Gracias.
María José