Iniciativas legales y política pública

La invisibilización y minimización del duelo gestacional y perinatal en nuestras sociedades occidentales se manifiesta en todas las expresiones y normas que tienen lugar en ellas. En este sentido, la legislación y programas sociales no son la excepción. La falta de normativa referida a la protección de las madres y los padres en duelo gestacional/perinatal es un hecho innegable, que afortunadamente hoy estamos dejando atrás. Esto es tremendamente alentador, pues da cuenta de que esta problemática esta comenzando a ser comprendida como el estado de necesidad que significa ser madre puérpera y en duelo; esto es, en un estado de vida que requiere apoyo y respuestas del Estado apropiadas.

Si bien desde el año 2006 existe una norma del Ministerio de Salud que permite a las madres a reclamar los restos de sus bebés fallecidos -independiente del peso o semanas de gestación y estableciendo un plazo de 72 horas para retirarles-, esta norma no siempre era conocida en todos los servicios de salud, ni era siempre ofrecida a las madres. La falta de conocimiento acerca del tema y el frecuente estado de shock de las madres, que les impedía integrar esta información a tiempo, también ha impedido llevar a la práctica esta regulación en varios de los casos en que se viene ofreciendo.

Norma General Técnica N° 86, Normas y Procedimientos para el Registro de las Defunciones Fetales y de Recién Nacidos del Ministerio de Salud.

Puedes descargarla aquí.

No obstante las dificultades que aquella norma ha tenido en su aplicación, no podemos desconocer que fue un primer paso en la humanización del trato a madres en duelo en nuestro país. Esto, más aún considerando que en nuestra región son pocos los países latinoamericanos que cuentan con esta posibilidad.

Así, la falta de normativa -o bien, su existencia carente de una necesaria capacitación o protocolización para su correcta socialización y aplicación- ha tenido consecuencias muy dolorosas para miles de madres y padres que, además del dolor por perder a un bebé, deben lidiar con tratos inadecuados o bien directamente traumáticos que añaden más sufrimiento a su experiencia.

Nuestra primera colaboración con programas del Estado fue con el Chile Crece Contigo, que comenzó a publicar nuestras columnas sobre cómo sobrellevar la muerte de un bebé, desde la noticia de un diagnóstico de corta vida hasta cómo enfrentar el proceso de duelo.

Posteriormente, en 2016, cuando nuestra fundación fue invitada ser parte del Colectivo Ley Identidad NN en búsqueda de impulsar una ley que permitiera a madres de manera voluntaria a inscribir por su nombre en el Registro Civil a sus hijos fallecidos antes de nacer, nos sumamos de inmediato. Tras años de arduo trabajo, logramos ver promulgado este proyecto, bajo el nombre “Ley Mortinato. Tu Nombre es mi Recuerdo”, y continuamos hasta el presente colaborando con el Registro Civil en la implementación de esta ley y orientando a los padres que desean realizar este trámite.

Otra gran noticia, fue la consolidación de un trabajo colaborativo que por años nuestra Fundación Amparos realizó con el Programa Chile Crece Contigo y el Programa de Salud Mental de la Mujer, pudiendo ser parte del equipo docente del Plan Piloto para el Fortalecimiento de la Atención en Duelo Perinatal impartido a 40 hospitales de nuestro país, en el que se incluyeron 2000 cajas de memoria para ser entregadas a familias que pierden a un bebé (2021).

Durante ese mismo año, celebramos la promulgación de la Ley Dominga -hoy día en redacción de sus reglamentos- que por iniciativa de un grupo de madres que lograron incorporar en la legislación la obligación de un trato respetuoso en los servicios y centros de salud a familias en duelo por muerte de un bebé. Esta ley incluye un aumento en los días de licencia por muerte de un hijo, algo muy sentido, en especial por los padres (varones) de aquellos hijos/as.